EN EL NOMBRE DE KINICH: Decir adiós no es irse….
por CARLOS ROMERA
Si creían que se iban a librar de Kinich, Dios de la Música de los mayas, están muy equivocadas y ados. Este Dios, existe en los pentagramas y sobrevuela cualquier intento de música chafa para condenarlo a los infiernos más feos y rostizados.
Esta columna se inició para hablar de lo que más me gusta y corre por mis venas: la música, poéticamente expresada. Por motivos de esos que uno no busca, tuve que dejar de escribirla durante un tiempo, pero Kinich me habló en sueños y me dijo que tenía que hacer un esfuerzo, para que la desafinación no se apodere del planeta.
Quiero agradecer, en este regreso, a todas y todos las que me escribieron en redes, al desaparecer temporalmente la columna. la buena noticia es que regreso. la mala es que no va a ser diaria, tampoco hay de momento una regularidad exacta, pero seguramente una vez por quincena estaré aquí para comentar lo más importante, curioso, o espectacular que suceda en nuestro mundo musical, como así también los conciertos imperdibles.
Gracias también a Javier y Eyumi por confiar en mí, me obliga a afinar más y comerme el diapasón para que las palabras salgan más afinadas cada vez. Y hablando de afinar, anímense a escuchar las cosas que yo compongo. Échenle a soundcloud/charlykenobi. Pronto les dispararé algo llamado Tilcara, una serie de versiones muy propias, de canciones folklóricas, dedicada al último pueblo que existe entre Argentina y Bolivia, ya casi a 4,000 metros de altura, y en el que se siente el cosmos en la calle, no en el cielo.
En esta quincena me dedicaré a contestar comentarios, perdón por el retraso, amigas y amigos de Musicofilia. Se les quiere!
@xitlwild foto: Carlos Romera en concierto, Cuernavaca, 2014.-